EL FÚTBOL FEMENINO SUEÑA CON SU IMPULSO

El fútbol es el deporte más popular del planeta, más incluso que la política o la economía, un “hobbie” que, tanto al ser vivido desde dentro como desde la grada, permite trasladarnos a otro mundo completamente distinto en el que no existen las preocupaciones, tan solo dos porterías y un balón.

A pesar del incalculable e inigualable poder mediático que tiene el fútbol alrededor del mundo y vincularlo directamente con el hombre, no podemos ni debemos olvidarnos del gran papel que tiene este deporte en torno al género femenino que, desde los Juegos Olímpicos de París en 1900 fueran aceptadas por primera vez en unos campeonatos internacionales.

Sin ir más lejos, recientemente se ha decidido donde se protagonizará la Final de la Champions League Femenina, que tendrá lugar en el estadio Reggio Emilia de Italia. Con ello, la asociación de la UEFA tiene el propósito de impulsar este tipo de deporte también en las mujeres, dejando de lado el típico e histórico dicho de que “El fútbol es para hombres”.

Se trata de una cita importantísima para el balompié y, sobre todo, para Italia, que acogerá en apenas tres días las dos finales más importantes de Europa que enfrentará a los cuatro mejores equipos del continente con la Final de la Champions Femenina el próximo 26 de mayo y, tan solo dos días después, la masculina en la ciudad de Milán.

Esta gran diferencia entre la clara asociación del hombre al fútbol respecto a la mujer la ha dejado patente el presidente de la Federación Italiana de Fútbol (FIGC), Carlo Tavecchio que, aparte de mostrarse altamente agradecido a la UEFA por dar a Italia esta posibilidad de acoger al mejor fútbol europeo, declaraba esta desigualdad en este deporte. “Sólo hay 20.000 mujeres federadas en Italia, frente al 1,2 millones de hombres”, ha afirmado.

Por supuesto, una gran responsabilidad de esta inequidad de género en el deporte se le atribuye a los medios de comunicación, algo de lo que todos somos partícipes a diario desde la prensa escrita hasta la televisión, aunque tampoco debemos olvidarnos de que estos están altamente condicionados por el interés que nosotros les transmitimos todos los días al respecto.

Sin duda, no nos encontramos ante un problema meramente deportivo, sino a un dilema que señala directamente a la cultura, es decir, una incógnita de la que todos somos culpables y cada uno de los ciudadanos, que va más allá de las disimilitudes anatómicas y físicas que se presentan en hombres y mujeres.

Esta vez, el fútbol ha sido el símbolo de una diferencia del género que sigue permaneciendo en muchos aspectos de la vida, ya bien sea en relación con los puestos de trabajo, el salario de ambos, o el mero rol doméstico que cada uno de ellos adopta, algo que ha asegurado Patrizia Panico, internacional italiana y también uno de los principales emblemas del fútbol femenino y mundial premiada por sus más de cien partidos representando a su país. “Estoy absolutamente convencida de que el fútbol femenino es la encarnación de muchos valores importantes”, ha dicho la deportista.

Sin lugar a dudas, gracias a la lenta pero constante evolución social que estamos viviendo, poco a poco estos casos se van desvaneciendo pasando a ser historia.

No nos queda otra que seguir animando a las mujeres a adentrarse en el mundo del fútbol y el deporte en general, para continuar disfrutando del que es, probablemente, nuestro mejor pasatiempo.

¡Larga vida al deporte, al fútbol, y a las mujeres que lo practican!

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